Alquiler De Yates en Grecia

Comienza tu fletamento de yates en Corfú, donde los palacios venecianos, los pórticos parisinos y la arquitectura colonial se asientan sobre un increíble telón de fondo de mar azul verdoso y las montañas de la distante Albania.

Pasa la mañana paseando por el casco antiguo de Corfú, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, antes de ir a tu yate al mediodía y ponerte en marcha hacia la cautivadora isla de Antipaxos, donde las playas de arena están rodeadas de escarpados acantilados blancos y viñedos ondulantes.

Disfruta de tu primer baño en las islas griegas desde la parte de atrás de tu barco, nadando hasta la orilla para disfrutar de una bebida refrescante en una de las tabernas playeras de Vatomiour Vrika. Pasada la tarde, podrás explorar las cuevas azules y brillantes de la isla gemela de Paxos, para después dirigirte a la preciosa ciudad portuaria de Gaois para pasar la noche.

Después de un desayuno relajado en la cubierta y un baño matutino, navegarás hasta Lefkada, donde las escarpadas colinas y los densos bosques verdes se unen a las playas doradas y al agua de un tono azul impactante. Almuerza en el precioso pueblo pesquero de Agio Nikitas antes de explorar las espléndidas playas de la costa oeste, incluyendo la preciosa Egremni, rodeada de imponentes acantilados que llegan hasta el cabo Lefkatas, en el sur.

Si el tiempo así lo permite, hay algunas islas muy bonitas en la costa, como Skorpios, que es un lugar muy popular de amarre y el lugar en el que está enterrado Aristóteles Onassis, el hombre que impulsó la industria de los superyates.

Las islas Jónicas tienen muchos mitos clásicos, y en ningún otro lugar hay más que en Ítaca. Se cree que en esta bella isla nació el héroe de Homero, Odiseo, que se pasó una década intentando retornar a ella en su épica aventura.

Rodeada de olivares y pueblos preciosos, Ítaca es un lugar relajado para pasear por la historia, subir al monte Nitiro o simplemente echar el ancla frente a la costa y bañarse en sus aguas esmeraldas. Ve a Vathy, la capital de la isla, para pasear al atardecer por sus calles, tras una preciosa comida de marisco en alguna de las tabernas del paseo frente al mar.

El yate saldrá temprano para ir a Cefalonia, isla de espectacular belleza que sirvió de escenario para la película La Mandolina del Capitán Corelli.

Una de las vistas más bellas de Cefalonia es la cueva de Melissani, inundada por un lago, y que brilla con un azul etéreo. Te sugerimos que realices una excursión al mediodía para aprovechar la luz al máximo, antes de ir al pintoresco pueblo de Fiskardo para poder disfrutar de una rica comida.

Durante la tarde se pueden hacer muchas cosas: relajarse en la playa de Mirtos, explorar la capital medieval en ruinas de Ayios Georgios o subir al monte Enos para gozar de unas vistas espectaculares de la cadena jónica.

Oh, Zakynhtos. ¿La isla más bella de todas? Eso lo tendrás que juzgar tú, pero desde luego es una de las candidatas, con sus aguas de azul deslumbrante, sus acantilados escarpados y sus bellos pueblos. Te recomendamos que comiences el día muy temprano en la conocida playa del Naufragio, para que puedas gozar de ese lugar a solas, antes de que lleguen las multitudes de excursionistas.

Navega por las aguas de color azul eléctrico o nada hasta la orilla, observando la gran extensión de los acantilados que rodean la playa y el enorme barco de contrabando, que se oxida en la arena. Todo este recorrido de la costa occidental es emocionante a la par que dramático, con cuevas azuladas marinas y arcos perfectos para nadar y hacer kayak, además de la presencia de tortugas flotando junto a tu yate mientras comes.

Este es un día completo en el mar, pero menudo día. A nadie se le olvida cuando cruza el Canal de Corinto en un superyate. Los escarpados acantilados se alzan a los lados, y el yate se abre paso por poco cruzando un pasaje cortado en lo más profundo de la Grecia continental.

El paisaje a ambos lados del canal de cuatro millas también es increíble, con las cadenas montañosas de la historia antigua a lo lejos y las agradables manadas de delfines locales saltando en la olas de la proa del yate. Este es un día para recordar, sin duda.

Tras despertarte para darte un último baño en una de las islas del Golfo Sarónico, navegarás hasta Atenas, una ciudad tan antigua que probablemente querrás quedarte un día o dos tras desembarcar.